Un colibrí se posó en mi ventana

23/10/2025

Categoría:


Línea temática o curatorial: Teatro
Compañía: Co-producción de Perfiles & Siluetas y Corporación Cultural Municipal de Los Ángeles

Fechas y horarios de funciones:
Jueves 23, viernes 24 y sábado 25 de octubre, 20:00 horas

Público sugerido: +14
Duración: 55 minutos
Sala: Sala de Cámara

Tickets: $4.000

Kimberly, Manuel y Carla, tres personajes enfrentados a la soledad y a la marginalidad. Convertidos en sobrevivientes, en aquellos que construyen relaciones inconclusas, esas que cobijan los corazones vacíos, rotos, que hablan del amor, desamor, el de aquellos que nunca aprendieron a amar realmente, nunca descubrieron la belleza de la vida, esa que te permite ser, sin cobrarte, sin pedir nada a cambio.

Coproducción realizada entre Perfiles y Siluetas y el elenco de la Corporación Cultural Municipal de Los Ángeles. La apuesta consolida un trabajo en conjunto que aborda la puesta en escena de una trilogía de textos escritos por la reconocida dramaturga penquista Leyla Selman.
La obra es una tragedia que explora la intimidad de una pareja que se desarma precisamente por no tener las conversaciones necesarias sobre la intimidad, postergando los profundos deseos de cada ser y empujándolos hacia diferentes márgenes.
Desde Grecia y desde Shakespeare, toda tragedia que se precie de tal termina inexorablemente en el sino trágico de la muerte, género en el cual la dramaturga se destaca en cuanto a investigación.

Toda la saga que entrega esta vinculación regional de creadores, propone una reflexión en torno al amor, la soledad, el poder y el deseo, y vemos cómo se van transgrediendo algunos aspectos sociales a partir de los distintos roles en que este deseo se manifiesta. En particular en este trabajo, vemos la historia de Manuel (Sergio Muñoz), un hombre disminuído, pequeño y sumido en el fracaso amoroso tras descubrir a su mujer -Carla (María Angélica Montoya)- con otro hombre en prácticas sexuales que con él nunca exploró o manifestó querer explorar (sexo anal). Carla, empoderada de su deseo y muy lejos del matrimonio convencional y conservador que llevaba, busca satisfacer sus necesidades fuera del matrimonio, lo que empuja a ambos personajes a un territorio fuera del margen, explorando en realidades en las que jamás se imaginaron estar, como el suicidio o el oficio de la prostitución.

Manuel desconcertado ante la desconocida y compulsiva necesidad sexual de su esposa, se acerca al peñasco sobre el río donde van personas a suicidarse, que me recordó las historias de la piedra feliz en Valparaíso. Allí Manuel conocerá a Kimberly (Eliana Lauro), una violenta y desparpajada mujer argentina que habita esta piedra y esconde su vulnerabilidad tras una transacción constante con la vida y con la muerte. Este encuentro se transformará en una nueva oportunidad para encontrar la belleza, el amor o la buena fortuna que ofrece la aparición de un colibríes, estableciendo una relación diferente y excepcional con, a estás alturas del juego, un mucho más curioso (¿libre? ¿Afortunado?) Manuel. Es a ella a quién el simbólico pajarito se le aparece, y es, en sus palabras, el signo que necesita toda huacha, puta o ser insuficiente para evitar el sino trágico que podría sucederle si es que se atreve a ser por alguna vez sí misma.

Dramaturgia: Leyla Selman | Directora: Mariela Belmar | Elenco: Eliana Lauro, María Angélica Montoya, Sergio Muñoz | Música: Daniela Gómez | Diseño Integral: Klaudio Contreras


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