Canta y no llores, corazón (1925)

05/12/2024

Categoría:

Película del archivo de la Cineteca Nacional de Chile

Línea temática o curatorial: Cine

Fecha y horario de función:  
Jueves 5 de diciembre, 16:00 h y 19:00 h

Sala: Sala de Cámara
Públicos:  +12

Tickets
Acceso gratuito

Fresia es una joven hermosa e inocente que vive junto a su anciano padre y hermano en una rica hacienda del sur de Chile. Se enamora del hijo de un poderoso hacendado, pero para él sólo será otra conquista pasajera.

  • Clara del Castillo (Fresia)
  • Anita Giraudo (Esther)
  • Amparo Alsina (Ña Candelaria)
  • Antonia Pellicer (Carmela)
  • Juan Pérez Berrocal (Juan René)
  • José Domenech (Fernando)
  • Tomás Medina, con el seudónimo Tom McKey (Jorge)
  • Pedro Eguiluz (Don Samuel)
  • Rodrigo de Triana (Raúl)
  • Emilio Muñoz (Ño Peiro)
  • Carlos Fuica (Pancho)
  • Alberto Scalls (Víctor)
  • Juanito Pérez Castillo (Lalito)

La película, de género melodramático, cuenta con la dirección de fotografía de Gustavo Bussenius, quien estuvo a cargo del mismo rol en El húsar de la muerte. Las filmaciones se realizaron en la ciudad de Concepción, el Parque Isidora Cousiño de Lota y los altos del Biobío. Una escena emblemática está registrada en el viaducto del Malleco, donde los actores Juan Pérez Berrocal y Clara del Castillo simulan una peligrosa escena de acción en la cual deben eludir un tren en movimiento. El cartel inicial de la película, que señala el uso del sistema Vitaphone, posiblemente fue incorporado con posterioridad al estreno de la película por parte del director, presumiblemente como un intento de sonorizarla a través de discos sincrónicos. Fue grabada en blanco y negro pero tiene tintes de color en algunas escenas.

La cinta se consideraba irremediablemente desaparecida, hasta que en 1981 se encontró en una cabina de proyección de una sala de cine de Concepción, una serie de rollos de nitrato que pertenecían a la película. En ese momento se realizó un telecine, traspasando el material a video análogo para su preservación. En 2002, se inicia un proceso de recuperación de la película, convirtiéndose así en el segundo largometraje silente que se puede recuperar tras su contemporánea El húsar de la muerte. Sin embargo, el deterioro de los materiales ya había avanzado considerablemente, y algunas secuencias tuvieron que recuperarse a partir del telecine realizado anteriormente, trabajo de restauración encabezada por la cineasta Carmen Brito, quien pudo reconstruir en video digital un total de 48 minutos de la película, versión que luego se distribuyó en DVD.

En 2015, la Cineteca Nacional de Chile logró en su laboratorio restaurar digitalmente cuadro a cuadro esta película,3​ siendo la primera restauración completa que se hace en Chile de un filme de ese período, recuperándose sus tintes originales y, obteniendo un nuevo negativo en película de 35 mm para su conservación y una copia digital para difusión, con financiamiento del Fondo Audiovisual del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.

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